Nuestras vidas han dado un golpe de timón desde marzo de este año. Pero no todos los cambios han sido negativos. Aquí os dejamos un resumen de alguna de las enseñanzas que nos ha dejado esta pandemia y os animamos a que compartáis vuestros aprendizajes con nosotros.

  1. Los pies en el suelo.
    Hemos recuperado una visión de nuestra vida y nuestro día a día que habíamos perdido en la vorágine del estrés y los planes.
    Este virus nos ha permitido darnos cuenta de las cosas insustanciales a las que le dedicábamos tiempo, a la ansiedad innecesaria por no llegar a todo y a valorar de nuevo el tiempo que le dedicamos a cada tarea.
  2. Tiempo de calidad.
    Estamos confinados y eso nos implica convivir de forma mucho más intensa con nuestra familia. ¿Y qué sacamos de esto? El tiempo de calidad, ese tiempo en el que estamos volviendo a tener conversaciones sin prisas porque hemos quedado o porque sale nuestro tren de regreso. Jugando con nuestros hermanos pequeños o nuestros hijos sin las prisas del día a día. Un tiempo de oro, un regalo de la vida.
  3. Actos de bondad.
    En un mundo donde el egoísmo parecía ser el “leitmotiv” del día a día. Sin embargo, este virus ha sacado lo mejor de nosotros. Hemos saludado y conocido a nuestros vecinos, compartido lo que tenemos y animado a quién más lo ha necesitado. No perdamos este espíritu de bondad, de ayuda al prójimo.
  4. Valorar los abrazos.
    ¿Quién nos lo iba a decir? Algo tan sencillo como un abrazo se ha convertido en un arma para el virus. Sin embargo, nos ha permitido valorar ese contacto, ese “tú a tú” que hemos dado por hecho siempre. Ahora soñamos con abrazar a nuestros abuelos, padres, hermanos, sobrinos, amigos… La próxima vez que nos abracemos, será un momento para recordar siempre.
  5. Descubrir nuevos talentos.
    Sí, han sido muchos días seguidos en casa sin poder salir para nada. Pero esto ha despertado la creatividad de la mayoría. La búsqueda de nuevas actividades para cubrir las horas libres del día nos ha acercado a la cocina, a los cursos online, a la lectura e incluso la escritura. Los hay que han retomado sus aficiones como la pintura o han hecho sus primeros pinitos practicando yoga.
     

Aquí os dejamos estos cinco puntos que resumen los cambios más generales que hemos podido apreciar. Pero ahora nos encantaría que vosotros nos contéis qué habéis sacado en positivo de todo esto, en qué habéis crecido como personas o qué habéis comenzado a apreciar de un modo diferente. ¡Esperamos vuestros comentarios!