El deporte y el estudio pueden parecer incompatibles por el hecho de añadir «cansancio» a nuestro día. Nada más lejos de la realidad, el ejercicio ha mostrado grandes beneficios en el rendimiento académico. A continuación te explicamos el por qué.

El deporte mejora nuestro estado de ánimo, nos ayuda a estar más felices a través de las endorfinas. Estas hormonas nos producen una sensación de bienestar con nosotros mismos. Por eso es importante que seas constante con el ejercicio y que el día que te sientas más floja de fuerzas, dediques un rato a ejercitarte. ¡Notarás el cambio! Y afrontarás los apuntes de una forma totalmente diferente.

Según un estudio, realizar ejercicio aeróbico cuatro horas después de haber aprendido una nueva lección ayuda a su memorización.

El resultado de ejercitarse promueve un mejor rendimiento de las neuronas y promueven una serie de reacciones que estabilizan los recuerdos. Genial, ¿verdad?

Cada uno tenemos una serie de costumbres a la hora de estudiar. Unos prefieren un té o una botella de agua junto a los apuntes, mientras que otros no pueden evitar picar algo dulce o tomar bebidas con exceso de azúcar. Obviamente, la primera opción es la más conveniente, pero si no puedes evitar ese picoteo, entonces el deporte será clave.

Si nos mantenemos en forma, darte un capricho está más que permitido. Ese punto medio entre ambas te hará sentir bien contigo misma y te permitirá disfrutar aún más de ese snack que antes te producía cargo de conciencia.

La actividad deportiva tiene multitud de beneficios para el cuerpo, pero también para la mente. Un rato de deporte, aunque sean 30 minutos, harán que desconectemos totalmente y olvidemos esas cosas que nos puedan producir estrés o ansiedad.

Concentrarte en realizar correctamente una postura de yoga, hacer running con tu música favorita o simplemente salir a caminar a paso ligero acompañada de un familiar o una amiga sería suficiente para encontrar ese ratito de relax.

La respuesta “depende”. Hay personas a las que les motiva comenzar el día realizando ejercicio de forma suave/moderada, darse una ducha y comenzar a estudiar. Mientras que otros prefieren tener su rato de actividad después del estudio, a modo de premio.

Elige cuál es tu momento ideal, prueba a realizar durante unos días deporte a primera hora y después prueba a hacerlo después de estudiar. Valora tus fuerzas para afrontar el ejercicio y el estudio y elige lo que mejor se adapte a ti y te permita estudiar al 100%.