Hoy hemos tenido la osadía de invitar a cenar al chef y empresario de la familia la Ancha, en ese ambiente distendido y relajado hemos dado paso a un coloquio en el que hemos conocido además en profundidad su lado más filantrópico Fundación Inma.
No es usual tener tan vigente el valor de la familia (empleados, clientes…) en cualquier negocio; y a menudo no se asume fácilmente la responsabilidad de preservar y ampliar el legado familiar de más de 103 años y 4 generaciones.
Esto es algo que Nino vio en la estrecha barra a su abuelo, su padre, su tío siempre procurando dar felicidad en algo tan difícil y trepidante como es dar de comer. Nino no sólo aceptó el desafío, sino que ha aceptado compartir con generosidad sus éxitos, pero también hacernos partícipes de sus fracasos; eso es algo que sólo hacen los genios.