El autor de Amen sin tilde no es un joven de 26 años al uso, Javier compra casas para personas sin hogar a las que forman y dan oportunidad de encontrar trabajo. Su fórmula para él es sencilla “solo hay que amar” y centrarse en lo que verdaderamente importa. A sus escasos 26 años es su tercera casa en compra para otros, asumiendo una deuda que va pagando con su trabajo y con una austeridad adquirida a fuerza de grandes retos que inició siendo un niño y colaborando en comedores sociales: no tomar chocolate, no comprar ropa durante un año etc..
Considera que los jóvenes y personas en general exigimos libertad, pero ¿y la responsabilidad?. Casado desde hace 2 años con María pronto será un magnifico padre y es ya un extraordinario ser humano.