Nuestro Colegio Mayor recibió la visita del prestigioso torero Enrique Ponce, acompañado de su mujer Paloma Cuevas.

Ponce centró su intervención en la tauromaquia, – como parte de la cultura española, arraigada en su tradición-, y en el toro bravo: su evolución como especie, sus características esenciales y destacó la importancia del arte del toreo en la supervivencia de la especie.

La pasión que Enrique Ponce siente por su profesión se manifestó de forma clara a lo largo de la noche. Ponce tiene alma de poeta, se ponía de manifiesto en el modo de expresar sus sentimientos hacia el toro. «Siempre he sentido el toreo como algo bello, artístico, nunca como una lucha entre toro y torero», señaló. O cuando dijo que, «el arte de un cantante depende de él, en cambio el de un torero, aunque física y mentalmente esté bien, depende también del toro»

Realizó un paralelismo entre el arte taurino y la vida, y valores que le aporta su profesión, como son: la disciplina, el sentido de responsabilidad, la templanza y la humildad para superar las frustraciones.

Comentó anécdotas de su vida, sus hábitos antes de las corridas, como por ejemplo que monta por la mañana una capilla, se pone una música que le relaje y otro detalle: siempre come pasta, por eso luego no le gusta ir a los restaurantes italianos porque le parece que luego va a torear.

Además, el torero resolvió las dudas de nuestras residentes así como el resto de asistentes de otros colegios mayores. Animó a los asistentes a asistir a una corrida de toros si nunca lo han hecho.

Muchas gracias Ponce por una velada tan agradable e interesante. ¡En Alcor tienes tu casa!