El día 12 de marzo, tuvimos el privilegio en Alcor de tener una cata de vinos dirigida por Otilia Romero de Condés y Vicente Sánchez-Migallón, padres de nuestra residente Alicia. En realidad fue mucho más que una cata, una lección magistral sobre la cultura del vino.

Vicente es ingeniero técnico agrícola y técnico en Viticultura y Enotecnia. Presidente de la Unión Internacional de Enólogos y de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos. Otilia es la Directora de la empresa manzanareña Pomona Keepers y dirige el Encuentro Internacional de Vino a Granel de Ámsterdam. Entre los muchos proyectos empresariales que promueve destacan también el Encuentro Internacional del Aceite de Oliva. También son los organizadores y directores de Enofusión, el congreso del vino de Madrid Fusión y el enoFestival, el mayor Festival de Música y Cultura del Vino de nuestro país.

Empezamos la sesión con una lección sobre los tapones de corcho: cómo son (los pudimos tocar pues trajeron varias muestras), en qué se diferencian unos de otros, que variedades hay: los naturales, multipiezas, colmatados….Además nos enseñaron a hacer un buen descorche de las diferentes botellas de vinos.

El sentido del gusto se localiza en la lengua. Aprendimos en que parte de la lengua notamos el gusto dulce, salado, ácido y amargo, catando estos cuatro sabores bien diferenciados. El número de sabores que podemos diferenciar son infinitos pero en realidad son combinaciones de estos cuatro sabores. Después de oler varias muestras de aromas, comprendimos lo difícil que es expresar lo que se huele. ¡Tener un léxico adecuado es fundamental para poder hacerlo! Nos explicaron que el color del vino dependía de los distintos factores: variedad de uva, su elaboración, su crianza…Todo esto mientras catábamos unos maravillosos vinos: blanco, rosado, tinto y como colofón pudimos brindar con un espléndido vino espumoso.

Además de esto, comprendimos y admiramos la belleza que encierra el vino, un disfrute de los sentidos. Que su consumo moderado es muy agradable y saludable. Que lo mejor para rechazar el botellón es saber apreciar un buen vino…y tantas cosas más. Ha sido un verdadero lujo para Alcor y un privilegio para todas las que asistimos.